La palabra une los vocablos “tiflos” (en griego “ciego”) y obviamente “tecnología”, de significado bien claro.
Con “tiflotecnología” queremos, pues, indicar, aquellas prácticas tecnológicas encaminadas a las personas deficientes visuales, tanto por el lado de los materiales que se construyen específicamente para ellas, como la enseñanza de su manejo.
Estos materiales, tiflotécnicos, son muy variados; podrían integrar tanto a los no esctrictamente informáticos (un lector de cassettes especial, incluso bastones u otros utensilios específicos), como aparatos dotados de procesador más o menos potente (una telelupa, un pequeño anotador con display el braille o salida sonora), o incluso podemos referirnos a software específico (como los lectores de pantalla).
Si quisiéramos abarcar el conjunto de materiales o, podríamos mejor decir, “recursos tiflotécnicos”, deberíamos visitar una exposición de los mismos. Suelen promoverse exposiciones que acogen a una amplia selección de fabricantes en diversos momentos y ciudades. Uno de estos eventos se realizó en Madrid en noviembre de 2005 bajo el título de “Tifloinnova”, auspiciada por la O.N.C.E. y Vodafone, con la concurrencia de una treintena de expositores.
Clasificar los recursos tiflotécnicos es tedioso, ya que, desde el punto de vista más directamente informático, vienen apareciendo desde principios de la década de los 80 y van evolucionando casi ya con la misma rapidez que los dispositivos de la tecnología informática normal. Incluso tienden a reflejar el mismo movimiento de pasar hacia el software, dejando el hardware para dispositivos habituales, como sucede en los lectores de móviles, PDAs, y ordenadores en general.
Podríamos señalar los siguientes grupos de aparatos del tipo de los digitales:
O hardware: anotadores específicos (como el Braille’n Speak, en poco uso, el antiguo Versabraille, el actual Pac Mate, etc.), dispositivos de entrada de datos (como algunos teclados específicos aunque no son muy necesarios); de salida de datos (impresoras braille, líneas braille con información en braille efímero o que se borra para dar paso a más información, sintetizadores de voz, que han dejado de ser hardware actualmente); Telelupas o magnificadores de imágenes (que están pasando también al software); o software tiflotécnico: el grueso de este grupo lo constituyen los lectores de pantalla, que hacen accesible la información de los monitores o pequeños LCDs; estos programas brindan información de los contenidos de aquellos pero a la vez permiten también navegar e interactuar con los procesadores. Felizmente, ya podemos hablar de que estos procesadores -que cada vez en mayor medida son los del mercado habitual, no específicos pues- pueden ser ordenadores de sobremesa, o teléfonos móviles oPDAs y portátiles similares. El éxito está bastante garantizado, aun con limitaciones, con sistemas operativos como los Windows, o los Sinbian60 para móviles; y lectores como Jaws (en PCs), Talks para móviles y el habilitado por Code Factory para PDAs recientemente; aunque hay otros lectores obviamente. O hay otras aplicaciones no directamente surgidas de la tiflotecnología, pero que entran en su ámbito, por ser de gran utilidad para las personas ciegas o con problemas visuales. Me refiero, por ejemplo, a software tipo de los OCR (reconocedores óticos de caracteres), introducción de datos mediante dictado, magnificadores, o incluso callejeros con sistemas GPS, etc.
Lo que cabe señalar tras este recorrido algo apresurado y no omniabarcante –no hemos aludido a las carencias, las limitaciones-, es que la tiflotecnología está abriendo muchas fronteras para el colectivo que nos ocupa, a nivel laboral, de integración social, lúdico, de comunicación, de información en general y está permitiendo abordar cuestiones ya cruciales, como la muy interesante de la accesibilidad en Internet: tratando de buscar las mejores condiciones de navegación para las personas incluso con cualquier discapacidad que influya negativamente sobre esta práctica tan fundamental hoy día: la de poder movernos todos los seres humanos por la red.
Acabaré haciendo constar que yo mismo soy una persona ciega que ahora mismo estoy terminando de teclear este modesto y algo apresurado artículo valiéndome de Word y Jaws en un PC de sobremesa que estimo enormemente.
Gracias a todos los que hayáis llegado hasta aquí. ¿Y a los demás? … ¡Si se quiere, también!