Tanto que resulta que el bueno de Jorge, de Argentina tanto como el Papa actual o el mismo Borges, se codeaba con ese en la misma cafetería, tan cerca creo recordar de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires… ¡Vaya!, que conocía y charlaba con don Jorge Luis: tan sabio él, aunque don Jorge Churba tampoco se chupa el dedo: ni casi nadie, hoy, a no ser que nos hagamos los tonticos: ¿para qué?, para salir perdiendo sin duda a la postre; además de que don Jorge, el Luis, no llegó a vislumbrar creo yo en qué nos las vemos hoy: prefiero en cierto modo a don José, de Saramago, y al mismo García, don Márquez, y no don Felipe, este que se trajina a base de bien a Iberdrola.
Gracias Pedro, el gusto fue mío. Aunque debo decir que es cierto que coincidí con Borges en algunos de los viejos cafés de Buenos Aires que estaban cerca de la Biblioteca Nacional y de mi colegio, mi única conversación con él fue una entrevista que le hice en Londres.