Cierran los cines del centro de Murcia

Vergonzosa esta manera de diseñar urbanismo en Murcia: todos acalorados por la construcción a las afueras; por la construcción desaforada y que proporciona billetes a unos pocos: aunque con este modelo de hacer las cosas nos carguemos lo que nos carguemos: bueno, nada menos que el planeta…. Y lo ha dicho el mismísimo Excmo. Sr. Tony Blair, Primer Ministro del Reino Unido de Gran Bretaña, tan poco sospechoso de jaleante, parlanchín, antiburgués…

Y es que, claro, el que quiera ir al cine puede perfectamente hacerlo tomando su flamante coche, esa auténtica metáfora de falo todopoderoso, acudiendo a los magníficos almacenes, envidia del país, que hemos levantado en la nueva Condomina: allí, nada de cine genuino y sí todo lo que queramos de cine americano; allá vayamos a gastar y consumir sin freno.
Alguien preguntará: ¿pero porqué narices se enfada este ciego que escribe?, ¿para qué necesitará ir él al cine? Bueno, los cortos de mente formulan preguntas de corto calado. Lo primero es que yo voy muchísimas veces al cine, acompañando a mi familia y en la mayoría de películas en que ha sido posible disfrutando de él. Lo segundo es que puedo hablar por los míos y por los cercanos a mí, y por tantos murcianos, molestos con esta nueva situación y molestos con sus gobernantes, más ciegos que yo para planificar, con intereses inconfesables a cada paso… si no se trata de la única manera que se les ocurre para recuperar las arcas, tan mermadas tras el ahorro de impuestos a comerciantes y empresarios en general: se dicen: “construyan, construyan y páguennos aunque sea poco…”
Entonces, constructores, promotores y demás familia de profesionales del florido ramo actualmente se dicen: es una buena partida de ajedrez: movamos nuestras fichas: vendamos por aquí, y lo que aquí vendemos –sean por ejemplo los cines- lo colocamos donde más nos convenga a nosotros, los jugadores con ventaja de la partida: qué casualidad: casi siempre ganan.
¡Vaya usted a saber! Pero el caso es que lo que aquí sucede es una pena.

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