Bueno: en el título está contenido lo principal que quiero aquí subrayar hoy, 3 de marzo de 2022, junto a la sensación que todos tenemos de que cada día es peor que el anterior desde hace demasiado tiempo. Y es que si al lamentabilísimo asunto de la Guerra de Ucrania añadimos los vaticinios de los científicos que entienden de climatología vamos apañados.
Y sí, hoy no tengo humor para seguir escribiendo más por acá. Lo hago muy poco y además claro que me descorazona sentir que uno, haga lo que haga, le parece a demasiadas personas alguien sin criterio y exaltado, cuando toda mi vida he ensalzado los valores de la paz, de la razón y de la empatía.
Es lo que tenemos: un mundo cada vez más lamentable. Y bien que lo siento, por supuesto, y además desde hace muchos años. No podría precisar bien, pero puede que vaya la cosa para unos 33 o 35.
Sí, hubo un tiempo en que era mucho más fácil ser optimista, y lo fui. Hoy cuesta bastante más, aunque haya que seguir intentándolo.
No voy a compartir esto, porque parece que es que uno se aprovecha de las circunstancias para hacerse famoso. No sé si en alguna ocasión he podido tener esa tentación, no lo niego, pero desde luego hace mucho tiempo… quizá desde 2018 que no es así.