Murcia se retuerce entre fechorías de la derechona y similares que la malgobiernan: apestan asuntos como los del no soterramiento del tren de alta velocidad, proyecto vergonzoso de los mandarines que nos dirigen, junto a tanta prebenda que conceden en beneficio de empresas privadas como la UCAM y la propia Iglesia en general, como comprobaremos esta próxima semana santa nuevamente; pisoteo de servicios básicos para los murcianos, obras egoístas y ciclópeas para sacar de ellas el máximo producto individual o partidista, y tanta lindeza por el estilo.
Pena da esta región, presidida por un señor que no quiere levantar el culo de su sillón contradiciendo en esto sus propias palabras.
Miedo este país en manos de quienes está, sometido totalmente a un neoliberalismo que parece acabar como este mundo que nos toca: el mundo que el propio neoliberalismo construye, o mejor dicho, por desgracia destruye sin compasión.
Murcia se retuerce entre fechorías de la derechona y similares que la malgobiernan.