A estas alturas de la historia la violencia no es legítima, ni para intentar reparar todo lo que la crisis está infringiendo a los más débiles.
Pero añadiré que además, ese gesto de agresión a Pedro Alberto Cruz no es el gesto propio de las personas de bien afectadas por la codicia y el despropósito de los mandatarios neoliberales. No parece el gesto de funcionarios lexionados realmente en sus derechos, que lo que quieren es manifestarse y hacer todo lo posible para que las medidas que los perjudican sean revocadas.
Parece más bien, el gesto de un ajuste de cuentas, cometido directamente por los ajustadores o por indeseables a sueldo; el ajuste de cuentas de quienes hayan sido burlados, maltratados, impagados, en la esfera de su Consejería, por su mano, en un cargo donde tantos contratos se firman y tantos no; y donde tanto dinero circula, en muchas direcciones.
En todo caso, esperemos que la policía desenmascare a los animales que así procedieron.
Desde luego, sean quienes sean, ellos serán responsables y no la gente de bien, encima vapuleada por la crisis y todo lo que la rodea.
Pero es que, además, los indignados contra la gente de bien, que nada tiene que ver con todo ello, deberían ser más cautos y menos oportunistas.