Sí: bajo a tocar a mi tierra, Cartagena, con mis compañeros músicos: Sebastián Mondéjar, Sergio Valcárcel y Pepe Riquelme. Y vamos a la Casa Dorda nada menos, sita en la calle del Carmen, en una noche tan especial como «la noche de los museos en su undécima edición». Tentado estoy de decir que «precisamente».
Es la Casa Dorda nada menos lo que es: la edificación de un catalán de finales del XIX, que la levantó con varias alturas, grandiosa, y con un patio que es sencillamente una maravilla casi árabe: entrañable y grandiosa, ideal para conciertos intimistas, como el que queremos ofrecer esta tarde: adagios y allegros de nuestro puño y atril, y standards pasados por nuestro personal tamiz de alquimistas humildes de la música, que tanto nos ayuda a todos a seguir adelante.
Haremos temas de nuestros tres discos, y volveré a estar en mi tierra, incluso en la casa del Doc. Diego Pérez Espejo, que cuidaba todos nuestros resfriados a base de Ambecillín, jejejeje, como tantas veces me recuerda mi hermano Francisco Javier, que igualmente se colocó el birrete de docto. Sí, toda una querida noche, un pequeño bombón cuyo sabor sin embargo seguro perdurará en mi alma el tiempo preciso: esto es: siempre, de una u otra manera.