En efecto, en el día de reflexión anterior a unas elecciones tan importantes para mi país, viajamos a Valencia 26 personas, socios y socias de AMAORM, la asociación Merklin de amigos del órgano de la región de Murcia, y también algunos amigos entre nosotros, algunos que ya nos esperaban en Valencia.
Salimos de la Glorieta de Murcia a las ocho de la mañana, puntuales, llegando a las 11h hasta el Palau de la música, donde pudimos escuchar un concierto de órgano de categoría: era el séptimo de su ciclo de órgano 2018-19, con obras interesantísimas del renacimiento, o de Mozart, o el mismo Pasacaglia de J.S. Bach, y el tema de List, maravilloso, difícil y conocido, sobre el nombre de Bach.
Después nos acercamos en bus hasta la catedral, donde pudimos apreciar el gran órgano construído a partir de materiales de los órganos precedentes instalados en la misma desde 1510 y siglos siguientes: un instrumento increíble, de tres teclados más pedalier, equipado con la más moderna tecnología, y que acciona dos cuerpos de tubos instalados delante de la girola de dicho monumento: o sea: al fondo de la nave central; fue fabulosa la demo que nos hizo el organista oficial don Pablo Márquez, que además satisfizo todas nuestras curiosidades acerca del fastuoso órgano.
Tras comer en un estupendo restaurante cercano a la calle de La paz nos dirigimos a la la iglesia de San Nicolás, donde una organista especial, natural de Japón, nos obsequió con diversos temas para la meditación, en ese día en que meditar ha sido fundamental para todos los españoles; dicho día aún no ha concluido: las urnas permanecen abiertas: quieran los hados que al cerrarlas y efectuar el recuento de votos nuestro país respire satisfecho de una jornada memorable: lo deseo tremendamente: lo deseamos todos: un país que sea capaz de dar ejemplo al mundo entero de coherencia y solidaridad, en este mundo que todos debemos respetar y hacer cada día de nuevo vivible y soportable para todos.