De nuevo con Ignasi Terraza. Hemos estado unos días en Barcelona, del 22 al 25 de Julio. El motivo principal, seguir recibiendo sabiduría de parte de este genial intérprete de Jazz al piano que es Ignasi. Recomiendo nuevamente pasar por su página: http://www.ignasiterraza.com, como hice ya en un post de hace bastantes años -como ocho-, de los primeros de este blog.
Desde entonces he seguido su trayectoria gustoso.
Pero aún más, desde hace cuatro o cinco vengo teniendo la oportunidad de seguir clases presenciales con él, y es toda una gozada, contemplarse uno a sí mismo creciendo, a pesar de mi edad que no he de ocultar en ningún momento, como pocas cosas, afortunadamente, creo que tengo por ocultar: eso hace que me salve de esta marcada tendencia mía a la bipolaridad: la misma que también a veces me procura alas para el arte.
Ignasi hizo que me comprara un buen piano, ha ido metiendo en mí poco a poco las cuestiones fundamentales de ritmo que quizá nosotros no llevamos tan en los genes como los músicos negros. Me ha dado mucha confianza, no matando, sino acrecentando la chispa jazzística que pueda llevar en mí. Él me ha dado confianza, y también el observar que la ceguera no es un obstáculo ante las 88 teclas contrapesadas y las más de 20 toneladas de fuerza de unas 272 cuerdas del piano actual.
Ojalá podáis escuchar su actualmente último trabajo en solitario: Sol-IT, como sólo Ignasi Terraza: magistral, debatiéndose él con ese instrumento, y sin mediar casi nada entre mente y tabla armónica, esa madera relativamente fina colocada detrás o debajo de las cuerdas, según estemos ante un vertical o un cola, verdadero amplificador y modulador del sonido, aunque sepamos que entre mente y tabla armónica medien todos los músculos, en propio mesoencéfalo, las manos, teclas, contrapesas, macillos y las mismas cuerdas. No os perdáis, si podeis, esta grabación en dos CDs de un concierto inolvidable en el Palacio de la Música de Barcelona, con todo el calor del directo y de un público totalmente entregado, como no puede ser de otra manera.
Qué lindo fue también ahora que, tras tres días de clase, pudiéramos escucharle en trío en el Cocktail Milano Bar, en la Ronda Universitat 35 de esta Barcelona culta y tan querida para todo a pesar de los tiempos que corremos. Qué brillante actuación igualmente: qué interpretación, entre tantos temas, de este legendario «Straight no chaser» y todos sus encabalgamientos: qué diferencia tan feliz estudiarlo desmenuzadamente y luego escucharlo tan grácilmente atacado, por activa y pasiva, parodiado, transportado y repetido religiosamente según momentos, con aquella perfecta conjunción con el bajo de Nono y la batería de David Xirgu. Cómo me arrepiento de no haberme echado un buen micro y haber pinchado algo del concierto para observar el «Straight no chaser», ese que ejecutarían los ángeles negros en la gloria si los oídos divinos alcanzaran a prescindir un momento del gregoriano.
En serio: ¡magistral Ignasi!, como siempre.