Nota. El siguiente artículo, escrito desde mediados de abril, se publica ayer 13 de mayo en la edición en papel del diario La Opinión de Murcia, pero no en su edición digital, por, vaya usted a saber qué problemas, de índole técnica u otra. Su contenido obviamente es claro, como suelen serlo los míos, y por tanto no muy del gusto de los gobernantes actuales de la ciudad de Murcia y aún de la Autonomía. Desde luego que aquí no podía faltar.
———————————————————-
El tema del AVE en nuestra región es altamente peculiar: el AVE circula por España tiempo ha, desde que el PSOE pensara en su conveniencia ante dos acontecimientos centrales en la vida de este país, allá por finales de los ochenta, como lo eran la Exposición Universal de Sevilla y las Olimpiadas en Barcelona, cociéndose en aquel preciso momento. AVE, Expo y olimpiadas constituían para el conjunto de los españoles, incluyendo a los propios catalanes, naturalmente, porque a ellos les tocaba directamente, algo muy interesante, desde el punto de vista de la promoción de lo que después venimos en llamar la “marca España” y su auge económico.
Esos dos importantísimos eventos se encargaron de llevar a buen puerto aquella legítima pretensión. Pero hete aquí que, treinta años después, el AVE, tren de alta velocidad que vertebraba en aquel momento tales eventos desde el punto de vista de una conveniente infraestructura, se convierte, en nuestra Autonomía murciana, en tema esperpéntico, último reflejo de toda su ignominia política presente, y no tan presente; la misma que nos rige desde hace ya más de 25 años, los que esta comunidad autónoma lleva apostando por un neoliberalismo feroz, que desde hace algunos raya ya en fascismo patente.
El 13 de mayo los murcianos saldremos a la calle, amparados, además, por una Declaración Institucional del Excmo. Ayuntamiento de la capital, firmada por todos sus partidos, excepto el que era de esperar: el causante de toda la indignidad política de esta región, ayudado por Ciudadanos, y, si nos descuidamos, por el PSOE de Susana Díaz y el de don Felipe González de Iberdrola: el mismo señor que encontró en el AVE un instrumento eficaz más, a añadir para lograr el prestigio y la modernización del país.
Los murcianos no podemos consentir -ni lo vamos a hacer-, que el AVE de estos señores impresentables nos divida la ciudad en dos, como muy sabiamente decía en la COPE, una emisora de radio precisamente nada rebelde al Estado español, al menos en apariencia, Alberto Castillo. Los murcianos estamos hartos ya de una corporación, presidida por el PP, que nos engaña cada día, que nos chulea y esquilma; que saca todo de nuestros bolsillos para metérselo directamente en los suyos, con mil excusas, con mil caramelos envenenados.
¡Qué pena, sin embargo, que tanto “burciano” más que murciano, al tiempo, esconda todo esto, olvide su deber para con su ciudad y meta siempre la cabeza debajo del ala, o, caso aún peor, les vote, por miedo al infierno o, igualmente peor aún, por algún tipo de intereses espurios, como son la mayoría de los intereses del partido más indigno de toda la historia de España.
Por eso pedimos a los murcianos que se sumen a esta manifestación justa de arriba abajo: todas intentan igualmente serlo, las mismas que ellos prohibirían de cuajo si pudieran; pero ésta en concreto, la del día trece de mayo, es altamente significativa, porque el “ave a la murciana” que nos están ya cocinando, tal y como rezaba una octavilla que se repartió en la ciudad hace unas semanas, es un plato incomible; el AVE murciano es la mayor de las fechorías que estos “señores” quieren hacer tragar a la ciudad.
¡ y tú, “murciano de dinamita”, que decía el oriolano, ese gran poeta de una ciudad que precisamente recibe al AVE soterrado no lo vas a permitir!
Pedro Egio