Acabo de publicar dos nuevos textos: ‘Pensamientos a alturas de 2020’ y ‘Ciento veinte microrrelatos’

No soy desde luego un escritor al que se lea mucho, aunque me queda el consuelo de que en general las personas que me leen sí gustan de mi hacer y de que entre mis lectores hay personas suficientemente cualificadas: don Antonio Campillo Meseguer, don Francisco Jarauta Marión, mi hijo con sus dos licenciaturas aunque no lo hace con la asiduidad que a mí me gustaría, Don José López Martí y en fin, sí, ¡claro!, bastantes personas más: las suficientes como para seguir en la brecha mientras pueda, animado también por el gran don Diego Marín, tan querido por esta región, mi querida Región de Murcia.

Pensamientos a alturas de 2020

El primero de estos dos textos lo finiquité en noviembre de 2021 y por ello apenas si pude aludir al gran problema que se nos ha añadido: la guerra ruso-ucraniana, si bien las hostilidades arrancan como poco desde el 2014 como debe saberse. La forma de abordarlo hubiera sido creo que también llamativa para muchos, aunque creo que los historiadores por lo general estarán de mi parte y cualquier observador sagaz de la política internacional y del alma humana.

Aquí puedes leer uno de ellos.

Ciento veinte microrrelatos

En cuanto al librito de microrrelatos creo que es una cajita de ciento veinte bombones que sí puede hacer las delicias de muchos, aunque no estoy del todo contento de su corrección que no me ha correspondido hacer a mí hasta la fecha por mi dificultad visual de ceguera total, si bien parece que se están dando las condiciones para poder corregir yo personalmente en el futuro lo que ose escribir, porque técnicamente parece que va siendo posible. Hemos avanzado mucho tecnológicamente y esto hace albergar esperanzas, pero también es cierto que nos genera mucha perplejidad.

Aquí puedes leer un par de ellos.

Veladas literarias

Contaría muchas anécdotas de mi actividad como escritor pero prefiero comentar, por abreviar, que por el deseo de estar en contacto con los que pueda de entre mis lectores he podido conseguir andar por una célebre cafetería murciana que lleva años organizando veladas literarias, si bien su aforo es reducido: Bueno, no viene mal seguir humillándonos, es un ejercicio que si tiene que dar sus frutos los dará.

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