Incluso los dos artículos aparecidos en el Diario La Opinión firmados por mí, de Diciembre del año pasado y de hace unos sábados, tenían en mente este resultado. Un resultado en el que lo triste es que las clases más necesitadas castigan al PSOE, pero entregando su alma a la derecha, que poco va a hacer por ellas.
En efecto, la derecha va reducir costes en servicios, va a privatizar, va a exprimir al funcionariado, va a desatar más las manos de los que realmente explotan y esquilman nuestro mundo. Todos somos hombres y mujeres y tanto respeto; pero no por ello hay que silenciar y no expresarnos según entendamos que es mejor precisamente para el hombre. Y en este contexto debemos decir que aunque se nos quiera hacer creer que las etiquetas de derechas e izquierdas están caducas no es así: son dos actitudes muy determinantes: obrar egoísta o en aras al interés colectivo. Hay mucha gente que se piensa creyente y por tanto humana, defensora del interés general, y sin embargo no es más que inmensamente egoísta, creyendo tan sólo por temor. Lo cierto es que se ha obviado que ignoramos este particular y pensamos que la derecha superará los errores de la malograda izquierda bien descafeinada. Creo que no será así, aunque ellos subvertirán todos los datos para mantenernos contentos. Pero sus consignas son claras; tengo la impresión de que con ellos no hemos de salvarnos mucho mejor y que las soluciones requerirán de esfuerzos, imaginación y generosidad que ellos no han de poner.