Ya no se esconden

Exhiben tranquilamente la esbástica, aunque luego declaren que es que van en contra de todos los totalitarismos, como se excusa Vox, ante el gesto tan difícil de perdonar de David García: que en Valencia ha calentado su Parlamento sin el menor pudor.

Lo veíamos venir: por todas partes; primero fue Trump, luego Bolsonaro, luego Salvini y ahora tan aplaudido por unos cuantos incautos e ignorantes más, Abascal o Smith, o Espinosa de los Monteros, o su cónyuge, o… bueno, la lista es larga, aunque nada en comparación con los millones y millares de millones que no los aprueban, ni pueden aprobarlos, porque el planeta se desangra, permaneciendo ellos tan tranquilos, o ignorando siempre. Esta terrible circunstancia para todos.

Qué rumbo tomarán las cosas? Es difícil de prever, pero sí contemplamos con pena que las máquinas apenas si aciertan a detener la catástrofe, quizá, o casi seguro, porque muchas veces están precisamente tan cerca de sus manos. Las máquinas: ésas que podrían salvarnos a todos de tantas cosas; y quién sabe…

Pedro Egio.

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