Quiero primero transcribir una noticia publicada en el diario El Mundo el día de ayer, 1 de febrero, sobre adaptación de cajeros para personas ciegas y después intentaré perfilar mi comentario.
Dice la escueta noticia:
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UN NUEVO SISTEMA PIONERO EN ESPAÑA
CAJA MADRID ADAPTA SUS CAJEROS AUTOMÁTICOS A LOS USUARIOS CON DISCAPACIDAD VISUAL
Caja Madrid ha comenzado a instalar en sus cajeros automáticos un nuevo sistema que facilitará su uso a las personas ciegas o que tengan una visibilidad reducida.
El nuevo sistema consiste en la instalación de un dispositivo que permite al cliente conectar unos auriculares a través de los cuales escucha la información que aparece en pantalla, lo que facilita la relación entre la máquina y el cliente.
Este sistema, pionero en España, permite al cliente con discapacidad visual, a través del teclado del cajero, mantener una relación más cómoda con el terminal, preservando siempre una total confidencialidad.
Esta técnica ya está implantada en cuatro cajeros de distintas sucursales, uno de ellos situado en la sede de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE).
El objetivo es adaptar todos los cajeros posibles a la nueva operativa. En la actualidad la entidad cuenta con una red de más de 4.500 cajeros automáticos.
Hacia la igualdad: El Mundo, 01.02.07
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Y ahora mi modesto comentario de usuario de cajeros como ciego total.
De manera muy asidua tengo que “vérmelas” con estas máquinas, infernales para nosotros los ciegos, monstruosas, por su dureza y dimensiones, que se resisten a soltarnos prenda, siendo así que en su enorme panza tienen también activos nuestros. Yo soy cliente de Cajamurcia, a ella he confiado casi todo lo que tengo en el terreno de los bienes materiales contantes y sonantes. No mucho, palabra. Y he aquí que muchas veces, porque mi familia no puede acompañarme y porque he hecho del no tener mucho dinero en casa una divisa del ahorro y la organización de la microeconomía de los míos, debo enfrentarme, como David ante Goliat a la técnica que permite expeler dinero a cualquier hora en la calle, para ventaja de las instituciones bancarias, que ahorran así personal que les da gusto.
Y bien, cuantas veces he implorado ante la O.N.C.E. en Murcia y ante la propia Caja de Ahorros, que por favor adapten sus cajeros, al menos de forma mínima, porque ahora aún gano a Goliat, pero me temo que si se implantan las pantallas táctiles ya no tendré nada qué hacer. Como soy algo intrépido, soy capaz de sacar dinero totalmente a ciegas, porque he memorizado bien la secuencia en estos monstruos de mi caja y localidad: tecleo de número personal, confirmación, elección de modo de pago, elección de cantidad, confirmación, negación de recibo, negación de otra operación; y si el cajero me responde a algo ráramente,
cancelación porque puede que me diga que no tiene el cambio adecuado y a esperar mejor ocasión.
Pero hete aquí que cierto día en que, después de mucho trabajar el tema, me cité con algún jefe de negociado de cierta relevancia en la Caja se me prometió estudiar el caso: y lo hicieron: gracias a un antiguo compañero de instituto –que los del Isaac Peral de Cartagena somos buena gente, como el propio Pérez Reverte-, idearon una tarjeta con una macro incorporada que disparaba la misma secuencia que yo memorizo nada más marcar el número personal. Yo estaba que no cabía en mí de gozo: mi constancia demostraba que era posible conseguir accesibilidad. Pues no, la ONCE chafó el proyecto, a lo que parece,
por no estar dispuesta a aparecer sin más en una tarjeta Affinity. Eso me declaró un alto cargo de la entidad que no voy a desvelar: la misma persona que paró el proyecto. Yo tengo que confiar en su valía; de hecho confío, aunque todavía no acierto a entender porqué los cajeros se adaptan tan de cuatro en cuatro, con parafernalia de auriculares, cuando en la Caixa de Cataluña, que yo sepa, hasta hace poco había un procedimiento para sacar dinero abreviado en cajeros adaptados, que creo incluso está en todos los de esta empresa implementado.
Quiero decir, que estoy convencido que hacer que un ciego saque dinero de un cajero con seguridad es relativamente sencillo; repito que yo hasta la fecha lo hago sin adaptación. Una tarjeta como la antes aludida sería genial y no se requieren tremendos esfuerzos en investigación ni económicos. ¿Por qué pues no se hace más en esta dirección?
La respuesta en el sentido de que los propios ciegos tememos acercarnos a un cajero por estar más desvalidos ante indeseables no se sostiene mucho, pues cada uno debe de elegir el cajero y la hora más adecuada para reponer. Yo al menos sí tengo necesidad, con frecuencia, como digo, de hacerle escupir a Goliat lo que es mío y siento que los poderes públicos, las entidades bancarias y las entidades que salvaguardan nuestros intereses no terminen por ponerse de acuerdo y buscar un standard sencillo de accesibilidad, ahora que estamos en la era en que los ciegos casi nos merendamos un Procesador Compatible gracias
a un software que no pesa más de 40 megas. Por cierto: no se refiere más sofistificación en la adaptación de cajeros, porque lo esencial es sacar dinero para nosotros; bueno, así lo entiendo yo, porque el resto de operaciones más sofisticadas sí pueden generalmente hacerse en aplicaciones como Intelvía. Al menos por ahora en esto Cajamurcia sí es muy accesible: un ciego en ella puede consultar movimientos, hacer traspasos, transferencias, gestionar cuentas y tarjetas, consultar préstamos, etc. Etc.
Mi comentario ha sido modesto. Siento que no haya sido más breve y estético.